Psic. Andrés Camilo Mora-Guerrero
Modificado: 16 de enero de 2023
En medio de las ocupaciones que siguen existiendo posterior a la pérdida de un ser querido, existen rutinas, pero en pocos casos destinamos un espacio entre ellas para acciones provechosas en nuestro proceso de duelo. En ocasiones esto ocurre por el desconocimiento, por ello, entre muchos elementos de ritualización, te presentamos el uso de una planta.
- Antes de empezar, es muy importante determinar un objetivo para este proceso, entre algunas de las opciones resultan: conmemorar al ser querido, cumplir una voluntad, llenar de color y aroma espacios compartidos con el ser querido, e incluso tramitar el amor que aún se desea expresar a este.
- Procediendo a la siembra, dependiendo de la planta escogida, puedes asesorarte sobre su cuidado y recomendaciones, pero más allá de eso, es importante que este proceso sea para tí un ritual, un espacio tranquilo, destinado al objetivo escogido y en el cual puedas tomarte unos minutos apartado de tus obligaciones, buscando poder sentir, entender y vivir el proceso.
- Esta parte inicial la puedes acompañar con la escritura, la expresión verbal, la oración (si es tu voluntad), e incluso la obtención de un momento de silencio; es tu proceso y tú lo decides. Lo que escojas se verá mediado en gran parte por el objetivo pensado anteriormente, además de ser mediado por rasgos particulares tuyos como tus medios favoritos de expresión, tu forma de ver el mundo e incluso las costumbres existentes en el relacionamiento con tu ser querido en vida.
- De aquí en adelante, las acciones de cuidado, nutrición y estética de tu planta podrán ser espacios para meditar con tus emociones y pensamientos, espacios de expresión. Te permitirán ver cómo, en medio de múltiples factores que pueden afectar a tu planta, esta continúa su crecimiento y resplandor, así como tú.