ESTAR SIN MI SER QUERIDO EN NAVIDAD ¿ALGUIEN ME ENTIENDE?

19 de diciembre de 2023

Psicólogo. Andrés Camilo Mora Guerrero

Las fiestas decembrinas son, en su mayoría, un momento esperado por muchos. Cada año, al aproximarse el mes de diciembre, se generan en muchas personas, sentimientos de alegría, tranquilidad, júbilo y paz. Sin embargo, existen factores que pueden generar apreciaciones más ligadas a sentimientos opuestos a los mencionados.

Llega mi diciembre y yo en Duelo

Definitivamente, el proceso de duelo es un suceso en el cual sólo quién lo vive, lo entiende, esto es lo que muchos dolientes referimos, y, honestamente, en medio de nuestro dolor, estas se convierten en palabras muy acertadas.

El proceso de duelo es un acto muy particular, complejo y que puede ser no lineal; en ello se radica la dificultad para que personas distintas puedan empatizar correctamente con nuestra experiencia.

Así, diciembre, al ser un periodo del año en el cual se normalizan los reencuentros, la unión y las reuniones, se puede convertir en un periodo facilitador de miedo, tristeza e incluso ira; pues si me encuentro en medio de un proceso de duelo, en el cual aún no he logrado expresar y abordar mis emociones o sentirme a gusto en los lugares y experiencias compartidas con mi ser querido fallecido, mucho menos me sentiré bien al verme forzado a estar acompañado.

¿Debo estar solo y no hacer nada?

La respuesta a esta pregunta no puede ser única. El proceso de duelo, aunque produzca respuestas generales (que permiten comprenderlo científicamente), no deja de ser un suceso particular. Al ser un suceso particular, esto puede orientarnos al deseo de vivirlo a solas, no obstante, más allá de que lo correcto o incorrecto sea vivirlo acompañado o solo, lo primordial en él, es permitirse vivirlo honestamente, y esto, no necesariamente nos obliga a vivirlo solos o acompañados.

Vivirlo honestamente, implica conocer el proceso y conocerme a mí mismo, implica ser capaz de identificar los momentos en los cuales deseo mi espacio de contacto con el proceso, pudiendo ser contacto agradable o desagradable. También implica poder solicitar la compañía de quien deseo me acompañe en algunos momentos y ser capaz de referir la forma en la cual deseo que me acompañen. Así como solicitar de forma asertiva que me brinden mis espacios privados para el proceso.

Por otra parte, sobre hacer o no hacer, es importante reconocer que es normal no desear continuar tradiciones al verse experimentando las emociones desagradables del proceso de duelo. Esta experiencia no deberá ser castigada por nuestro entorno ni por nosotros mismos, pues se entienden como reacciones normales ante la pérdida. Sin embargo, como dolientes también debemos comprender que, aunque el aislamiento y la supresión pueden representar alivio temporal, son respuestas que no nos enseñan a afrontar el proceso, en su lugar son intentos de rodearlo o evitarlo y esto, a mediano y largo plazo, puede generar mayor dificultad.

¿Entonces qué debo hacer?

No hay una sola respuesta, y no puede clasificarse de primera vista en buena o mala. El proceso de duelo es complejo y merece la debida atención a la hora de iniciar repertorios de respuesta ante él. Sin embargo, si deseamos permitirnos algunas pautas a considerar en el proceso de duelo, estas serían las siguientes:

Ser honesto consigo mismo

El reconocerse como un ser humano son sentimientos es una tarea primordial en este proceso. Solemos creer que la honestidad emocional sólo es aquella que se proyecta a los otros, pero dicha honestidad debe ser analizada en primera medida cuando es dirigida a nosotros mismos. Ocurre muy frecuentemente, que el engaño primero se intenta aplicar en nosotros, pero esta respuesta sólo generará consecuencias negativas en nuestro proceso.

Por ello, lo primero a considerar debe ser permitirse un momento y un espacio para reconocer las emociones que se están generando con la pérdida, identificar en qué parte del camino me encuentro (Puede interesarle el artículo EL TRANSITAR EN EL DUELO), y proyectar lo que deseo en el siguiente paso de mi proceso.

Permítete hablar abiertamente con tus cercanos

En el duelo, todos los dolientes en algún momento intentamos hablar lo menos posible de lo que implica estar sin este ser querido. Como ya hemos referido anteriormente, esta respuesta produce consecuencias negativas al proceso, pues se convierten en un intento fallido de evitarlo.

Aunque pueda representar un reto, debemos procurar abrir espacios en los cuales podamos, con familia y cercanos, intercambiar nuestras opiniones y deseos en estas fechas especiales. El proceso de duelo es particular, pero necesariamente estamos inmersos en un entorno social que representa un área importante de nuestras vidas, y en este, la familia como fuente de apoyo primario, nos solicita extrema importancia.

No obstante, no se pretende obligar a establecer lazos nocivos, pues se entiende y respeta que no siempre poseemos lazos saludables con todos los miembros de nuestra familia, al igual que se pretende respetar la premisa que no siempre la familia hace referencia a la unida por lazos sanguíneos.

No todo se mantiene, permítete vivir distinto

Es estar entre conservar las tradiciones o hacer cosas nuevas que el corazón indique…

La elección ante el cuestionamiento no debe ser rígida. El mantener las tradiciones nos permite, en algunos casos, experimentar esa confianza que genera lo ya vivido, la seguridad de sentirse cómodo con aquello que ya se conoce. No obstante, el continuar las tradiciones no nos exime de experimentar la nostalgia de la ausencia.

Por su parte, el experimentar distintas experiencias nos permite generar espacios en los cuales nos sintamos cómodos. Así mismo, nos permite involucrarnos activamente en la consecución de nuestros deseos y formas de honrar.  Esto, nos puede facilitar la cercanía con sensaciones de control que nos orienten a la tranquilidad de lo conocido. Sin embargo, es importante permanecer atentos a que estas experiencias no se conviertan en formas de aislamiento y evitación, pues generarían sentimientos de culpa por el olvido de lo enseñado por nuestro ser querido. Por ello es muy importante permitirse vivir distinto, pero seguir honrando.

Como parte de este proceso terapéutico, Rincón Casa de Funerales y su área de Acompañamiento en Duelo, desean permitirles este espacio de intercambio de experiencias, sentimientos y logros en estos procesos de duelo en fechas decembrinas.